“En una ocasión tuvimos una charla con el por entonces cardenal Jorge Bergoglio, ahora el papa Francisco, en la cual me pregunto (sabiendo que yo fui monje taoísta) que era el Tao para mí ?
Le respondí que, si bien los orientales y los occidentales estamos en distintos lugares del planeta, compartimos muchas cosas; por ejemplo, vivimos bajo el mismo sol, la única diferencia es que cambia de nombre.
Lo mismo sucede con la religión: en China adoramos el Tao, aquí a Dios. Pero se trata del mismo Ser Supremo, de la misma Verdad, del mismo Camino.
Mientras yo iba hablando Francisco no dejaba de mirarme a los ojos e iba asintiendo con la cabeza, dándome la pauta de que estaba de acuerdo con lo que le decía. También estuvo de acuerdo en que nosotros somos afortunados de poder andar fácilmente por el camino que a los antiguos sabios tanto les costó transitar en busca de la verdad sobre Tao.
Un sabio, llamado Lao Tse, explica en el libro Tao Te King que Tao es el origen de todo:
Hay algo que es un caos antes de crear el cielo y la tierra ya está él estaba en silencio, en el vacío estaba solo insistiendo, se mueve siguiendo el ciclo y nunca para él es la madre de todo el mundo yo no sé cómo se llama entonces lo llamo Tao
Tao es lo más grande, cuando digo que es lo más grande este ya no está y ya estoy lejos de ahí y el vuelve dentro de sí mismo entonces Tao es grande el cielo es grande la tierra es grande y el rey también es grande dentro de este mundo hay cuatro grandes el rey es uno de ellos la persona por respeto tiene que seguir el ejemplo de la tierra la tierra por respeto tiene que seguir el ejemplo del cielo el cielo por respeto tiene que seguir el ejemplo del Tao.
Tao por respeto a si mismo sigue el ejemplo de la Naturaleza
de Tao nace uno, de uno nacen dos, de dos nacen tres
de tres se llega a todas partes del mundo, a todas las cosas, a todas las vidas todo esto tiene el mismo origen, viene de Tao
es la armonización de Yin Yang”
Shifu liú Ming
